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Prensa Mincyt / Nailet Rojas Garcia.- Un estudio reciente del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha revelado que más de 100 genes, cuyas alteraciones causan enfermedades hereditarias, también aumentan el riesgo de desarrollar cáncer.
Se trata de un hallazgo, publicado en la revista Genome Medicine, que podría tener implicaciones significativas para la detección temprana y la prevención del cáncer.
La información la dio a conocer la vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez Ramírez, en una publicación a través de su cuenta en la red social X, en donde destacó la relación del gen PAH, conocido por su implicación en un trastorno para asimilar proteínas, con cánceres de pulmón e hígado.
En su comentario, la también ministra para Ciencia y Tecnología citó a Solip Park, jefa del Grupo de Genómica Computacional y pionera de la investigación, quien señala que estos más de 100 genes solo explican un 10 por ciento de los casos de cáncer.
“La gran mayoría del resto puede estar relacionado con mutaciones que desconocemos”, detalla la experta.
Asimismo, apunta que para llevar a cabo el análisis, los científicos centraron la búsqueda en un grupo con un perfil genético fácilmente identificable como personas portadoras de genes que, cuando están alterados, dan lugar a una enfermedad hereditaria.
Como resultado, los investigadores encontraron 103 genes en los que las alteraciones que causan enfermedades monogenéticas a menudo coexisten con otras alteraciones que predisponen al cáncer. Del mismo modo, indica que la probabilidad de desarrollar un tumor es mayor en quien hereda determinadas variantes alteradas de alguno de esos genes.
“Algunas de estas mutaciones se asocian a tipos específicos de cáncer, como carcinoma de células renales, linfoma no Hodgkin de células B, adenocarcinoma de mama y meduloblastoma; otras, con la propensión al cáncer en general”, resalta la investigación.
Este estudio representa un paso importante hacia la comprensión de la genética del cáncer y podría tener implicaciones significativas para el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad en el futuro.